miércoles, 21 de enero de 2009

Dana y yo


Dana y yo nos encerramos en el baño cuando su marido no está. Dana me mira fijo; hay un cardumen en sus ojos y un río de lava en su vientre.
El mundo fluye allá afuera. Dana revisa mi humedad y presiona mis esfínteres. Pieles envolventes retoman diálogos que comenzaron hace milenios.
Un curioso aire helado se cuela por la cerradura. Dana no quiere pensar; sus peces están nadando por aguas divergentes. La uña retórica camufla visiones prosaicas y pringosos vaticinios.
La catarata de su pelo negro invade mis entrañas. Un gran grito en el mármol subyacente.
Afuera, su marido ha llegado. Abre un paquete de Malboro y lee los policiales en la mesa del comedor.

6 comentarios:

jc dijo...

me calenté...

Javier Martínez Ramacciotti dijo...

Jc, qué decoro el tuyo!! ja

Gaby. No puede no gustarme tu erotismo siendo, como vos, un fanático de Bataille.
El erotismo es la afirmación de la vida hasta en la muerte. Una de cuyas caras puede ser "el marido"

¿Leiste alguna vez Marosa di giorgio, sus relatos eróticos?
Sino, tenés que leerlos. Los apreciarías con todo todo tu cuerpo. Te los presto.

P.d: Me oldidaba de algo.
¿Qué era?
Ah! Cierto!
También me calenté. ;)

Gaby Lusseck dijo...

Algo me pasa con Marosa, no sé, no me llega del todo.
Pero leer Anaïs Nin me reinventa.
El primer cuento de Pajaritos todavía me persigue,me inunda y me desplaza.
Además, son mis primeros intentos de relatos...
Igual, gracias.
En serio.

German Liveli dijo...

bueno me encanto que te expreses de esa manera y la verdad te felicito muy lindo blog pero como no podia ser de ora manera te devo contesar con un texto improvisado para vos besos cuidate:

De la blanca espuma de los ojos nacen las aves desnudas,
garras plumas sexo femenino en la fucion de la cascada.
una boca que sucumbe a la hora peregrina del ta vez,
nacientes en el vervo mis palabras eyaculan minerales...
es verdad la sangre y el semen se pueden servir en un plato principal y las tetas puden ser el postre,
pero si un ave escapa y se lleva tu vajina dilatada en almibar y sale fujasmente destinada amorir en primavera, veras nacer el tiempo blanco...
la blanca espuma,
la roja naciente casca de la espalda de atlas o el verde rujido de la serpintes que intentan penetrarte,
no te asustes, no tengas miedo, se valiente, mi semen sera suave con el viento una brisa uniremos
y tendremos hijos de oro, nieves de nuves rayos de soles,
seran nuestras plumas las que caeran como la hojas y estaremos prendidos el uno al otro con el sexo avierto en dos como la fruta o el amor...

german liveli 2009
liveli_villeco@hotmail.com

Gaby Lusseck dijo...

Germán.
Qué hermoso regalo.
Un beso muy suave para vos.

Javier Martínez Ramacciotti dijo...

Uh!!
Entré por aquí con la tibia esperanza de ver plasmados aquellos conceptos oníricos que mencionaste en esa vida paralela que es Facebook.

Acaso te lo estés reservando para vos. Como esos sueños en los que descubrimos un deseo ilícito, pero grandioso, y no queremos contar a nadie.

O quizá, simplemente, aún no decidiste postear nada más.

En todo caso, me quedo con las ganas. Al contrario de lo que se cree, eso no es algo malo. Ni en la literatura, ni en nada.

Esperando saciar(me)...

Besos